lunes, 27 de septiembre de 2010

Steve Dómine (Parte I)


Hoy les voy a contar una historia, MI historia. Me encargo de voltearle la vida a la gente. Es más! Me encargo de voltear la vida. Y no coño, no soy el destino, ni Dios, ni la imagen de tus papás tirando (eso le voltió la vida a muchos), soy una persona común. Es más, muchos me verían y dirían que soy del promedio, que soy hasta feo y que no tengo nada en especial!


Y bueno, ¿cómo es eso de voltear la vida? Fácil, dudo de todo. Hay pocas cosas en la vida que me tienen conforme. La muerte es una de ellas, pero bueno, la muerte es precisamente lo contrario a la vida. La cuestión más bien, es que cada vez que siento que tengo ese nervio, que se que uds también tienen, alborotado y moviéndose para todos lados no puedo evitar buscar todo lo que pueda para calmarlo. Es ese nervio que comienza en tu cuello, en la garganta, y que recorre todo tu abdomen hasta el comienzo del área púbica. Ese que sientes cuando te enamoras, cuando te preguntan algo en clase que no sabes responder y se te hace un nudo en la garganta, el que se te enciende cuando pasas la vergüenza frente a todos, ese que te revuelve el estómago cuando te molestas, que hace que te sientas orgulloso de tí mismo por tus actos y que también te dice cuando la estás cagando, que se prende incluso cuando, de hecho, te estás cagando.


Esa sensación de estar incompleto por algo, de estar turbado, de sentir que existe ese algo que no te deja alcanzar tu estado de plenitud perfecta. Bueno, ese nervio estuvo por años diciéndome que había algo inconcluso en mi vida: las relaciones. ¿Por qué? Todos ustedes, que han tenido una pareja saben por qué y los que no también. Es simplemente, por todas esas veces que estuve con alguien y simplemente NO SABIA qué hacer. No sabía si invitarlas a salir, no sabía si besarlas, no sabía si decirles esto o lo otro, no sabía si comprarles algo, no sabía si me querían, no sabía ni siquiera que era lo que me decían, y a según ellas pues tampoco sabía cómo se sentían! No entendía nada. ¿A quién se le ocurrió inventar todo este caos?

Es esa parte oscura que no te enseñan en ninguna parte. Que al parecer sólo unos pocos chicos tienen el privilegio de "saber" (las comillas valen), y peor aún, ese tabú, ese libro de las artes oscuras de la seducción, ellas si se lo saben de cabo a rabo! Lo traen de fábrica. Claro, algunos dirán que como les tocó parir, orinar sentadas y sangrar todos los meses pues para equilibrar la vaina había que darles algo bueno. De pana, de ser así, esa balanza TODAVIA está desequilibrada, pero pal otro lado. Pero bueno, he de decirles que ese nervio ya no me molesta más... creo! Y fue mucho después que lo entendí. Incluso después de haberlo entendido, no lo entendía xD Qué locura! Pero creo que estoy enrrollándolos mucho. Empezaré a ir un poco más al grano.

Para comenzar he de decirles que todo esto comenzó un día que le prestaba ayuda a mi mamá, la única mujer, que ha pesar de todo, no me daba problemas en este aspecto. Gracias a ayudarla a ella conocí a un maestro. Que por cierto, de maestro no tenía nada. Era un tipo como yo: "feo", confundido e inconforme con su nervio. Sólo había una diferencia entre él y yo: él tenía la respuesta. Él la sabía coño!! No supe como la encontró, pero lo logró y para mí eso bastaba. Así que me hice su aprendíz. Me sentía como se debió sentir el mono de Aladdino cuando entró a la cueva con todo ese oro y con todos esos tesoros. Pero mi mayor sorpresa fue cuando mi maestro me dijo que no había ningún tesoro. Nada de lo que estaba tocando, viendo, oliendo y oyendo era valioso del modo en que yo lo veía. Y hasta aquí, de nuevo los volví a enredar. Estoy seguro!


Y es que sin querer, se que les estoy mostrando un poco de ese tesoro. Por ejemplo, con el tiempo entendí que ellas no vinieron con ese libro de las relaciones desde que nacieron. De hecho, a todos nos dan un libro en blanco, sólo que ellas, las chicas, lo llenan más rápido. Piénsenlo mis panas! Sólo recuerden.. Vuelvan a su colegio, a su primaria, a esos días donde una niña era tan importante como otro niño con cabello largo. Piensen en su recreo, en el receso. Mientras nosotros jugábamos fútbol, a las luchas, a la pelota y esas cosas ¿Qué hacían ellas? Jajaja me corto una a que no se acuerdan. Si chicas, yo se que uds tampoco, pero eso no importa. Y si las que están prestándole atención a mi historia piensa que la respuesta a esa pregunta es "Yo soy niña y también jugaba a la ere, yo soy niña y también me gustaba el escondite y hasta jugaba fútbol", pues eso era rara vez y algunas pocas de ustedes. Pero la mayoría! AHH! Yo les diré que hacía la mayoría: Hablaban. Y hablaban MUCHISIMO. Y se volvieron muy buenas en ello! Desde chiquitas con sus muñecas y sus tasitas de café practicaban a salir, a tener una relación, a reunirse e ir a fiestas. A hablar con otras personas! Es que es obvio! ¿Verdad que ahora es obvio chamo?

Y no solo eso. Ver eso equivale a ver una moneda de oro en esa caverna llena de tesoros. Mi maestro me enseñó muchas cosas más. Entre ellas a tener objetivos y estándares, a no ser un necesitado, a hacerme valioso, a tener proyectos, a ser más curioso, a aprender de mis errores, a pararme derecho y hablar fuerte, a vestirme bien, a no irme de jeta siempre, me enseño a esperar, esperar un poco a ver si ella me pregunta de dónde vengo, qué hago con mi vida o incluso si me pregunta el nombre... Mierda! Por cierto, mala mía. Total falta de educación de mi parte. Mi nombre es Steve. Es que es costumbre ya... Me mostró que no podía quedarme con sus enseñanzas, que buscara más maestros siempre. Hasta me presentó a más maestros! Únicos cada uno en su manera de actuar y enseñar. Al parecer entre todos, habían hecho esa caverna del tesoro. O más bien, la habían descubierto uno a uno. Mi maestro me aseguró que tenía que cambiar todo lo que creía, que la sociedad y los paradigmas atacan constantemente nuestra percepción y pueden abrumarla. Incluso me enseño a decir no. Yo ni siquiera sabía que esa palabra se le podía decir... es más, QUE SE LE TENIA QUE DECIR a una chica que me gustara.  


Y cómo olvidarlo, me dijo incluso qué es lo peor que podía pasar si una chica me decía que NO, otra vez. Lo recuerdo con claridad: "Lo peor que te puede pasar, lo que tienes que evitar, son estas palabras saliendo de su boca: 'Yo te quiero, pero sólo como amigo...' Deberías incluso decirlas tú mismo de vez en cuando a alguna chica para que sepas qué se siente usarlas. Y es que no tienes por qué estar en una posición emocional que no te conviene. Cuando eso te pase otra vez has cualquier cosa. LO QUE SEA. Pero no puedes caer en ese marco. De ahí es casi imposible salir. Si es posible huye! Vete, corre, bórrala de tu vida. Pero jamás aceptes quedar como su amigo si de verdad quieres estar con ella como algo más..."

Después de todos estos años, yo Steve Dómine, me seguía sintiendo como un aprendíz. Jamás pensé que pudiera llegar a ver el tesoro tras el tesoro. Pero hoy, después de hablar con ella, entendí esa metáfora y muchas otras más. No sólo vi el tesoro tras el tesoro. Siento que le agregué una moneda de oro más. Hoy, me siento como un maestro.


Continuará...


Nock!

No hay comentarios:

Publicar un comentario