sábado, 28 de mayo de 2011
Celos
martes, 22 de marzo de 2011
Cuando la naturaleza llama...
En una tarde lluviosa de un lunes popular, mis amigos de la universidad y yo decidimos ir al cine. Por la joda pues! La idea nació más o menos a las seis de la tarde y dado que nuestro campus queda bastante apartado de varios centros comerciales (al menos de los que tienen cines), tuvimos que conformarnos con elegir alguna película de las funciones nocturnas. Acordamos ver “Amigos con derecho” a las 9:00 pm.
Poco a poco se fue sumando más gente y a un cuarto para la hora de la película estaba yo con unos cuántos, que consideraron la idea atractiva, en la caramelería del cine. Como suele suceder cuando la generación espontánea de ideas se desarrolla en planes poco pensados, tuvimos que cambiar la película porque la otra estaba agotada o algo así. Entre mi grupo estaba una amiga que tiene una risa bastante estruendosa que llenó la sala de “El Rito” (léase película de terror moderno que ya no da tanto miedo) varias veces. Fue un tanto incómodo al principio con los “shhh!!” y los “Cállense!”, pero luego la película se dejó colar y ya a 15 minutos de que se terminara, mi organismo avisaba que era hora de deshacerse del pote de refresco que ingerí. Nada fuera de lo normal. Apreté mis esfinteres y esperé a que la película se acabara. Salí hablando con mis amigos, pero con un poco más de premura que los demás hasta el baño.
Al entrar, lo primero que encontré fue un cubículo con una poseta recién lavada, con luces de neón y un letrero imaginario que decía “Nock”. Me hice paso y mientras me encargaba del negocio, escuché algo así como la voz de un niño que entraba con su mamá. También escuché como mis amigos hablaban y se reían afuera. En un principio pensé que era por las cosas graciosas que siempre pasan durante una película, sin mencionar la particularidad del asunto con la amiga que ya les mencioné. Cuando terminé de descargarme escuché en el baño la voz de otra mujer, entonces empecé a pensar en lo peor (o en lo mejor?). Me asomé por debajo del cubículo y lo primero que encontré fueron unos tacones de leopardo que combinaban bastante bien con las carcajadas de mis amigos en la entrada del baño, luego escuché más mujeres, luego conversación de mujeres, después escuché como una entró y orinó en el cubículo de al lado. Todo un escenario para empezar a pensar.
Sólo por hacer reir más a mi grupo (y porque fue lo primero que se me ocurrió) decidí enviarle un mensaje a uno de mis amigos: “Acabo de darme cuenta que entré en el baño de mujeres xD”. Las risas no paraban y escuché clarito de mi amiga “Verga pero está tardando mucho, será que no se ha dado cuenta? JAJAJAJAJAAA” Mientras, en mi mente, recorría mis opciones: “Me espero a que salgan las mujeres? O mejor saldré de aquí como si nada? No no, no me puedo quedar aquí toda la noche...” Entonces me di cuenta de lo tragicómica que era mi situación y apoyado en la puerta de mi cubículo empecé a reirme, aguantando todo lo que podía para no carcajearme. Despues de reir por unos segundos me decidí, “No puedo quedarme aquí hasta que salgan, los demás se van a ir!”, tomé aire y como consecuencia me reí mas, abrí la puerta y miré a los lados.
Casi como en cámara lenta vi como los músculos de la cara de las 8 o 9 mujeres que estaban en el baño, pasaban a configurarse hasta lo que conocemos como sorpresa. Escuché un “Ay dios!” y algun otro murmullo de asombro/pudor. Salí espatillado de la risa hasta la puerta y ahí me esperaban mis amigos con los Blackberrys en alto para los videos y las fotos respectivas de mi triunfal Epic Fail saliendo del baño del sexo contrario. Incluso había gente desconocida para mí, y que seguramente venía de la sala, riéndose después de escuchar hablar a mis amigos.
Ahora lo importante no es lo que les acabo de contar, que es básicamente toda la verdad acerca de lo que pasó, sino lo que podría pasar después. Y no me refiero a la risa que aún conservo mientras redacto la historia y seguramente la que habrá mientras la cuente otra vez en algún futuro, sino en qué pasaría si eso me pasara otra vez. Empecé a pensar de camino al carro, cual sería la manera más épica y genial para salir de esa situación.
Se imaginan saliendo (o si eres mujer, imagíname saliendo) del cubículo con mi mejor porte de seductor victoriano y a lo Don Juan, mirar a los ojos a todas las chicas y decir: “Señoritas, muy buenas noches...” mientras me quito el sombrero y hago una reverencia que termina con una salida del baño con la barbilla bien en alto. Shit! La próxima de pana quisiera meter una cámara ahí y grabar las reacciones xD.
Es más! Imaginense esta otra: abro la puerta mientras me acomodo la correa, miro a los lados al principio con sorpresa y después con una media sonrisa y más seguridad que nervios les digo “Tranquilas chicas, ya está acomodada y funciona perfecto, sólo era la palanca que estaba floja...”
Mejor! mejor! Abrir la puerta mas bien con fuerza, con el ceño fruncido ligeramente, apuntando a la salida y con voz de castigo decir “Háganme el favor y sálganse del baño de hombres!” - “Este es el baño de mujeres”, me diría alguna, a lo que yo respondería “Mmmmm, en ese caso... esta es mi tarjeta”. Salida triunfal! La creatividad es el límite y grabar aunque sea las conversaciones que hay en un baño de mujeres, puede ser algo así como... hacer un documental!!! *se da cuenta de la trascendencia de sus ideas*
Probablemente vaya a ver alguna otra película el lunes que viene y pida un refresco huber gigante. ¿Alguien va pendiente de ver una película? Mejor aún, ¿Alguna chica va pendiente de grabar algo gracioso?
Porque cuando la naturaleza llama... ;P
Nock!
martes, 11 de enero de 2011
K
Cada vez que la conversación con algún amigo me lleva al tema de mi niñez, crianza o preadolescencia la primera persona que viene a mi mente es ella. Si tuvieron la oportunidad de ver “Forrest Gump”, genial porque es referencia obligada, sino veánla y entenderán, además que es tremenda historia contada con una excelente película; ganó 6 Premios Oscar! incluyendo mejor película. A lo que voy, es que si yo fuera Forrest sin lugar a dudas ella sería mi Jenny, como dice el protagonista: “eramos como pan y mantequilla”.
Su nombre es K y los primeros 10 años de mi vida pasaron junto a ella literalmente, porque solía vivir justo al lado de mi casa de crianza. En la urbanización en que vivíamos las casas son apareadas (están pegadas) y para resumir un poco ese tiempo juntos, voy a describir las primeras 5 cosas que recuerdo cuando pienso en ella:
1) Su interminable colección de muñecas Barbie. Cuando supe qué era la mitosis no dude en concluir que esa debió ser la manera en que esas muñecas se reproducían, eso o el par de Kens que coexistían entre ese arem de plástico eran unos sementales. Sinceramente la última vez que entré a su cuarto fue hace tanto tiempo que no recuerdo cuál fue su marca pero probablemente llegaría a las 200, y debieron ser más si contamos las otras muñecas que no eran Barbies pero que también estaban en la colección. Creo que habían muñecas que para ese entonces eran hasta más grandes que yo.
2) El pesebre de concurso que hacía su abuela y la comida de su mamá. Dos cosas que no tienen descripción en este escrito porque sino los mantendría leyendo por más tiempo del que en realidad tienen. Usaré un adjetivo para cada uno respectivamente, obvio, el que envuelva de mejor manera a cada cosa: GIGANTE y MEJOR QUE LA DE MI MAMA. Si, si, lo último no es un sólo adjetivo pero se lo merece, no es que mi mamá cocine mal pero más de una vez preferí irme a casa de K a comer algo distinto y... mejor xD.
3) Las incontables tardes enteras hablando por la ventana. Como les dije, mi casa comparte una pared con la de K, incluyendo el jardín, sólo que la de este último era la mitad de alta. La diferencia es que mi padre optó por usar parte del jardín para incluirlo a la sala y hacer que se viera más grande y ventilada. Esto resultó en que la ventana en la planta baja de mi casa (son casas de 2 plantas) dejara un espacio pequeño abierto por encima de la pared que delimitaba nuestros jardines y en consecuencia si te montabas en la ventana podías ver hasta el porsche de la casa de K. Como yo era un niño cabía fácilmente en la ventana, ella se montaba en un pipote en su jardín o en una silla y la verdad tampoco recuerdo si la idea fue mía o de ella pero creánme que duró. Por un tiempo, mi rutina diaria era llegar del colegio, almorzar y montarme en la ventana a esperar a que K terminara de comer para contarnos nuestro día y hablar muuucha paja, jugar y casi que hasta hacer tarea. En vez de casa en el árbol o escondite secreto, teníamos la ventana.
4) Su risa. Debo confesar con mucha pena que después de tanto tiempo, en una de esas que me vino a la mente su recuerdo, me di cuenta que me costaba recordar su rostro, pero lo que nunca se borrará de mi mente es el sonido de sus carcajadas. Con K jugué cualquier cantidad de juegos, probablemente todos los que conocí hasta mis 10 años y pasar tanto, tanto, TANTO, tiempo juntos garantizó que la escuchara reír tantas veces, que el número que tendría que usar para contabilizarlas es simplemente una variable que tiende al infinito. La mejor manera en que puedo describir su risa es hacerlos imaginar a ustedes mismos con un globo muy inflado en la mano y una aguja en la otra. Acerquen la punta de la aguja hasta algún lado del globo hasta que atraviese el látex. En el ejercicio de su imaginación ahora reemplacen el sonido del globo explotándose con toda la felicidad que puedan y luego añádanle un toque de sorpresa y otro de ternura pueril. Esa es la risa que recuerdo =).
5) Su aroma. Comprenderán que un niño de 10 años o menos no se anda fijando en este tipo de cosas, es más, dense cuenta (por lo menos los que son contemporáneos conmigo) que uno a esa edad, sino las aborrecía, mínimo le parecía que las niñas eran nulas. Eran niños con cabello largo y que se vestían distinto. Los pongo a pensar en eso para que tengan una idea de lo bien que olía esa niña, como para que a esas alturas de la vida yo haya podido detallarlo. K mi niña, si estás leyendo esto ahora, yo se que te parecerá raro, nunca te lo mencioné cuando hablé contigo ahora que nos encontramos, pero si te lo llegué a decir varias veces cuando eramos niños y jugábamos solos. Supongo que es algo que no puedes recordar y la verdad sea dicha, me pareció un poco incómodo y me dió hasta pena confesarte algo así ahora. Sólo te diré que es algo que aún conservas.
Con esas cinco cosas, les resumo a los otros lectores mi primera década con K y de mi vida al fin, o mejor dicho, lo que mi memoria a largo plazo decidió conservar. Ahora les contaré el término de esa década, más lo que pasó en la segunda. Cuando cumplimos 9 años aproximadamente, el papá de K consiguió trabajo en el interior del país y su familia decidió mudarse para allá. Para colmo de males, si mal no recuerdo, por alguna razón estúpida que sinceramente no puedo (y no quiero) recordar, ella y yo para esas fechas no estábamos tan juntos como antes. A finales de los 90 y comienzos del milenio, el internet era una cosa incipiente en el país y los celulares ni siquiera empezaban a caber en el bolsillo. Ella se fue dejándome sólo con unas cuántas fotos y un océano de recuerdos.
Unos cuántos años después el internet llegó a mi casa, evolucionó y aparecieron cosas innovadoras como el correo electrónico, el MSN y más recientemente el Facebook y demás redes sociales. También perdí la cuenta de las horas que pasé buscando a mi coleccionista de Barbies a través de la web, sin éxito. Como anécdota curiosa, cuando la busqué en Facebook por primera vez (esto como 8 años después de que ella se fuera), encontré a una chica con su mismo nombre y apellido con una foto donde definitivamente había cambiado mucho pero que conservaba un aire bastante cercano a K. Decidí escribirle y le relaté mi historia y mis esperanzas de que ella fuera mi K y no otra impostora con cabello amarillo. Su respuesta fue algo como: “=(. La verdad no soy tu vecina de la infancia ni tampoco te conozco, pero tu historia es super super linda! No te desanimes, síguela buscando y sígueme escribiendo, igual podemos ser amigos... Un beso!”. La borre al instante. Ilusa! No se como pudo pensar que se puede reemplazar algo así.
En resumen, la segunda década de mi vida pasó como la antítesis de la primera hablándose de K: totalmente apartados y sin ningun tipo de contacto o comunicación, hasta hoy. Mi casa de la infancia sigue siendo de mi familia pero la visito muy poco y generalmente en vacaciones, de resto me la paso en la ciudad. La familia de K no vendió la casa sino que la alquiló y ella solía venir con su mamá a vigilarla de vez en cuando, pero como yo me la pasaba más en Caracas nunca coincidíamos. Finalmente, las estrellas se alinearon, la energía del universo jugó a nuestro favor y se dió el azar de encontrarnos otra vez.
Ahora está gorda, fea y tiene 3 hijos. Na! Los engañé xD. Tiene los mismos ojos, la misma risa, un cabello negro de revista, como siempre lo tuvo (y a según ella jamás se lo ha teñido y la felicito por ello), delgada, esbelta, piernas largas y delgadas, con un lindo busto, una cintura... bueno, creo que dí a entender mi punto. Está hermosa (muy hermosa!) y hecha toda una mujer ;P. Desearía que se hubiera quedado más tiempo visitando, desearía haber hablado más tiempo contigo y saber qué fue de tí en esos 10 años de total alejamiento, pero sobre todo desearía que nunca te hubieras ido K, que nunca te hubieras mudado. El lector que me visita en este espacio y que saca conclusiones con tan sólo leer lo poco que pueden describir mis palabras, pensará que esto es una especie de declaración de un amor prematuro y frustrado, pero nada más lejos de la realidad. Y ahora que lo pienso la verdad no importa porque la única persona que podrá entender a cabalidad todo lo que escribo eres tú K.
Como persona siempre he pensado que algo que nunca debemos perder es nuestra niñez. Como mago, mi trabajo, mi meta y mi placer, es ilusionar y precisamente renovar en mi público esa conexión con la parte de cada uno que todavía es libre de prejuicios, que se emociona, que juega, que es capaz de creer en lo imposible y de divertirse sin pensar en lo que sucederá después. Es eso lo que tú representas para mi K y es la razón por la cual siempre serás un símbolo y un estímulo para poder conectarme con mi niño interior, una marca que jamás se borrará de mi más profundo ser, la musa más importante de este artista.
Comenzar este año con tu reencuentro sólo lo puedo tomar como un buen augurio, como una señal brillantemente motivadora y de buena suerte. No puedo dejar de pensar en lo felíz que estoy por haberte visto de nuevo, por saber que estás bien, y además darme cuenta que tras esa increíble belleza se encuentra una persona centrada, valiente, tenaz y luchadora. Nunca me había pasado algo así en toda mi vida, siento que tengo miles de cosas por decirte y todas se me atascan en la garganta y entre los dedos, pero no puedo tenerte a aquí leyendo por 10 años ni a mis demás lectores tampoco, así que escribiré un último párrafo.
Y es que estoy seguro que has vivido tanto como yo, como para darte cuenta que algo como lo que nos relaciona no se consigue todos los días y que probablemente sólo pasa una vez en toda la vida. Me pregunto si en todo este tiempo te habrás detenido alguna vez a pensar en ello. Con todo mi corazón espero que si. Cada letra aquí plasmada, aunque sean muy pocas, espero sean prueba suficiente para tí de lo especial e invaluable que siempre serás para mí. Vecina, amiga, amiga de la infancia, hermana, novia o cualquier otro título ya inventado no me servirá para describirte. Siempre serás mi K.
Ojalá que pase mucho menos de diez años para volverte a ver o para volver a saber de ti!
Tu N del otro lado de la ventana,
Néstor.
“I dont know if we each have a destiny or if we're just floating around accidentally on a breeze... but I think maybe is both, maybe both are happening at the same time. I miss you...
If there's anything you need, I won't be far away...” F.G.
martes, 4 de enero de 2011
2010, 2011 y algo mas!
Me he ausentado un rato porque viajé a mi casa materna, donde en estos momentos no hay internet. La verdad llevo rato pensando cosas para escribir pero por diversas razones y otros proyectos he tenido que dejar de actualizar el blog (muy a mi pesar). Por tanto, haré lo mejor que pueda para expresar varios puntos en este post que si no los toco, sería sumamente irresponsable de mi parte.
1) GRACIAS
Con tan solo 23 publicaciones a lo largo de un año aproximadamente, gracias a uds el blog llegó a recaudar más de 1500 visitas, de las cuales aprox 1200 fueron durante el año 2010. Comparado con muchos otros bloggeros y páginas similares muchos llegarán a la conclusión de que es una nimiedad. SE EQUIVOCAN. Para la poca atención que le presto a este huequillo de mi vida (que definitivamente se merece más) me parece que es un triunfo indiscutible y quiero agradecerles a ustedes, que siempre están pendientes de una nueva actualización, detrás de un silencio cálido y atento. A ustedes que los conosco muy bien, porque son (en su mayoría) lectores cercanos a mi vida personal y que llevo siempre presentes en mis pensamientos.
2) Uvas de los deseos
Este blog actualmente lo considero un blog familiar. Como dije antes, mis principales lectores son personas que están bastante cerca de mi persona día a día. Entre mis propósitos de año nuevo me he puesto la meta de dedicarle más tiempo a este blog. Eso es algo que llevo presente desde hace un rato, pero siento que es hora de aumentar su importancia en la escala de mis prioridades y realmente haré todo lo posible para postear por lo menos una vez a la semana. Aspiro que en consecuencia logremos aumentar el número de integrantes en esta familia.
3) Cambio de look
Entre los cambios que se vienen en este nuevo período se encuentra sin dudas un cambio en la página, así que les pido el mayor de su apoyo, porque probablemente hasta le nombre cambie, se habrán dado cuenta ya, que los chinazos son historia en este blog.
Quiero finalizar con mis mejores deseos para todos ustedes, lectores y visitantes de este blog, que siempre estará abierto (y ahora mas que nunca) para hacerlos reflexionar, reír y desligarse aunque sea por un segundo de la vida que acontece.
Salud, Amor, Éxitos, Dólares y Magia para todos!
Nock
Pasos para conocer a una persona
Como están? Soy Steve Dómine, hace unos cuántos posts les conté una historia que para algunos pudo ser un tanto extraña. Hoy les voy a describir mi propia guía para conocer a una persona. No me refiero a lo que tienes que hacer para que alguien te cuente la historia de su infancia, ni descubrir si podría ser tu media naranja, ni para comprobar si sus intenciones son honestas y cosas por el estilo. Sobre eso quizás les cuente otro día. Me refiero a lo que tienes que hacer para simplemente iniciar una conversación con una chica totalmente desconocida. Aunque pensándolo bien, esto funcionaría con cualquiera: conocido, desconocido, persona que hace tiempo que no ves y que no te recuerda pero que tú si lo recuerdas, etc. Sin embargo, para simplicidad de lo que escribiré, me ceñiré al caso “Chica atractiva y totalmente desconocida que no se como empezar a hablarle”, el resto espero sea fácilmente inferible. Con eso claro, voy con la guía:
Todo empieza con tu estado mental. Debes querer sentirte confiado... no, mentira, no necesitas eso. Sentirte confiado es muy complicado, porque en realidad no te quieres sentir confiado. Al pensar que quiero estar confiado, por definición, implica que en ese momento no me siento en confianza. Va de nuevo... *arruga la hoja de papel, la tira y empieza a escribir otra vez*.
El paso cero para poder hablar con una chica totalmente desconocida es tu estado mental. Debes sentirte naturalmente bien, pero no confiado. No pienses en términos de confianza, olvida la palabra confianza. Sentirte naturalemente bien sin siquiera pensar en que te quieres sentir confiado, es de hecho la confianza en sí. Concéntrate en sentirte naturalmente bien y antes de que te des cuenta serás percibido como alguien con confianza en las venas =). Cuando veas a una chica que te gusta, ni siquiera intentes sentirte naturalemente bien... En vez de eso piensa: “Ves esa chica? Soy exactamente la experiencia que a ella le hace falta!”, incluso, si quieres, por una centellésima de segundo piensa en todas las maneras en que podrías hacerla tener un orgasmo.... Oye no, no, ya va... aff *arruga la hoja de papel y la tira sobre la montañita que se hizo al lado de la papelera.. y empieza a escribir otra vez*.
Bueno si sigo así, pronto querrán hacer una brocheta de Steve, así que en vez de intentar describirlo como antes usaré un ejemplo de mi propia experiencia. Les contaré cómo conocí a mi última novia.
Estaba yo en un toque en un local de la ciudad con algunos amigos. Sinceramente no estaba en mi más óptimo estado mental esa noche, ni siquiera estaba cerca de mi estado mental corriente y por eso decidí salir a pasarla bien un rato, desligado totalmente del objetivo de conocer gente nueva. Sólo quería pasar un rato con mi gente de confianza. Mientras esperábamos a que el grupo saliera, el Dj del local sonaba alguna canción de rock popular y entre el humo del cigarro y las tenues luces del local la vi rodeada por su propio grupo. Formaban un círculo entre todos, de manera que pudieran delimitar la mayor cantidad de espacio posible entre el bullicio, cerca de la tarima; y al mismo tiempo protegerse los unos a los otros. Básicamente lo que hacía todo grupo en el local.
Desde que la ubiqué con mi vista, entré en una ambivalencia. Por un lado, seguía con mi escaso ánimo y por otro lado mi autoprogramado juego para conocer gente se puso en marcha. Decidí seguir este último instinto sin dejar que pasaran más de tres segundos. Ese es el paso 1, la regla de las reglas: La regla de los 3 segundos. Apenas veas a alguien que te llame la atención, acércate. Aún si no tienes nada en la mente, ve hasta ella. Y esa es la mejor manera de explicar mi situación aquella noche: no tenía nada en la mente. Dejé la conversación que tenía con mi gente a medias y empecé a caminar entre los cuerpos sudados hasta que estuve lo suficientemente cerca de ella como para que mi voz se escuchara a través de la música, pero no tanto como para que me hiciera ver como un rarito necesitado.
Creo que no me cansaré de repetirlo porque eso es lo mas resaltante de esa noche. Yo NO estaba en el mood. Ora por alineación de las estrellas, ora porque ese día mi cuerpo no sacó suficientes hormonas de felicidad, ora porque me levanté con el pie izquierdo, esa noche yo no tenía ningunas ganas de acercarme. Pero era demasiado tarde, ya estaba caminando hacia ella, viendo sus ojos y sin decir nada todavía. No se me ocurrió ninguna frase ocurrente, no se me ocurrió primero hablar con sus amigos para entrar en confianza y dejar que ellos hiciesen el trabajo, no me acordé de ninguna otra cosa que en el pasado me sirviera y dada la premura del silencio (interno) e incómodo que se estaba formando con nuestras miradas, se me ocurrió “The Ultimate Phrase”. Eché por tierra cualquier excusa situacional, cualquier juego psicológico para llamar su atención y redescubrí la frase mágica que por siempre y para siempre será la que te permitirá conocer a cualquiera. Le dije: “Hola!” Sostuve suficiente contacto visual con ella como para que me respondiera con un “Hola” sumido en confusión y seguí haciendo lo que hacía: seguí caminando.
Mientras volvía con mi grupo, no muy lejos del suyo, pensé que probablemente no volvería a verla. Unos minutos más tarde, mientras iba a buscar algo en la barra volví a pasar cerca suyo y nos miramos otra vez (Oh! Que dicha! xD), así que lo volví a hacer: “Hola!” y seguí haciendo lo que hacía (básicamente, la ignoraba). Tan loco como suene encontrarte varias veces con la misma persona en el mismo local, la misma noche, encontrándote relativamente cerca de ella, eso fue lo que pasó.
Después del tercer “Hola!” ella ya se preguntaba cómo me conocía, o si me conocía. Después del quinto “Hola!” de hecho se estaba preguntando como es que nunca seguía la conversación. Al décimo “Hola!” ella no podía comprender por qué rayos no terminaba de acercarme. Después del décimoquinto “Hola!” quería acordarse de como nos conocimos en primer lugar, por qué nunca le terminaba de hablar, por qué siempre pasaba de largo sin terminar de acercarme y sólo seguía diciendo “Hola!”, incluso se preguntaba si habia algo raro en ella. Después de veinte “Holas!” estaba tan confundida e intrigada por mi, que no lo pudo soportar más y SE ACERCÓ ELLA!
Evidentemente, fui sumamente vago y misterioso en mis respuestas, porque al fin y al cabo, no tenía mucho que decir aquella noche. Sin embargo, unos minutos después me di cuenta que estaba hablando con una chica increíblemente hermosa, que hace un rato ni siquiera tenía ganas de decirle “Hola!” y que estaba tan intrigada por mi que de hecho no aguantó las ganas de hablarme.
Holly molly! Esa noche decidí escribir esta guía. Prácticamente cero esfuerzo de tu parte, sólo recuerda decirle “Hola!” cada vez que la veas =) (a la persona que quieres hablarle). Algunas no responderán, otras sonreirán, otras responderán y sonreirán, algunas más sonreirán, responderán e inclusive se detendrán a hablarte! Claro, de aquí a cómo terminó siendo esa chica mi novia es un largo camino, pero la idea de esto es cómo empezar una conversación. Ojalá te sirva. Espero volver con algo nuevo pronto, nos vemos. Steve Out!
Nock!
miércoles, 10 de noviembre de 2010
El Poder y la Habilidad para controlarlo
Un par de elementos vienen a mi mente desde mi pasado, encajando como un par de piezas de rompecabeza. La primera es una frase que leí en una carta de Magic, aunque ahora me parece un poco tonto haber gastado tanto dinero en esas cartas, me doy cuenta que muchas de ellas traían algo que me hacía pensar. Esta decía en letras pequeñas (en los "flavor texts" creo que se llaman) "Ella deseó el poder, pero no la habilidad para controlarlo", o algo parecido. La segunda cosa es una historia que leí hace algún tiempo que me fascinó no sólo por la trama, sino también por su propuesta.
La leyenda cuenta sobre un monje shaolin que un día se topó con un tigre entre la selva, quedó embelesado por su poder. A partir de aquél momento, cada tarde el monje se dedicaba a meditar sobre un combate cuerpo a cuerpo con el felino. Día tras día, en la reproducción de su mente, el monje cedía contra la fuerza y rapidez de los reflejos del animal y terminaba emergiendo de su trance.
Admirado por su grandeza el monje continuó observándolo por mucho tiempo y aún en su mente, parecía imposible llegar a vencer a tan formidable depredador de la naturaleza. Tomado de la mano con la constancia y la paciencia, poco a poco empezó a notar la estrategia que usaba el tigre. En cada trance descubría un nuevo movimiento del animal, y también empezó a descubrir maneras de aprovechar sus puntos débiles. Finalmente, logró conseguir la técnica necesaria para esquivar los zarpasos, apartarse de los colmillos, atacar y someter al tigre. El monje pudo repetir en su mente la mayor cantidad de combates posibles hasta que luego del gran intríngulis que suponía la pelea, el tigre se alejaba o se recostaba agazapado y dejaba de pelear.
Como era de proveer el destino, una tarde, tras un largo paseo por las selvas aledañas al templo, el monje se vio cara a cara con el tigre—el mismo tigre que había observado durante años, y cuyo ataque había imaginado en su mente tantas veces hasta lograr encontrar la forma de vencerlo.
El monje no se encontraba oculto entre los bambús o los matorrales de la selva, sino frente a frente con el tigre, ambos en el mismo nivel. Cada uno clavó su pupila en la del otro, observándose, como si estuvieran reconociendo a un viejo rival. El tigre se avalanzó contra le monje, dispuesto a destrozarlo. El monje, reuniéndo en su mente toda la experiencia que había adquirido después de años flotando en trance, se defendió y peleó con el tigre por unos minutos hasta que este se rindió y huyó entre la selva dejando al monje rasguñado y cansado, pero en una pieza.
El maestro shaolín, más que retirarse con un dulce sabor a victoria y con la experiencia de haber derrotado a tan formidable rival, se marchó con el entendimiento que el combate que se realiza en nuestra mente es el único combate en el que podemos salir heridos sin un rasguño, en el que podemos intentar técnicas nuevas, en el que podemos tomarnos todo el tiempo del mundo para observar los movimientos, las respuestas de la otra persona, y al mismo tiempo responder a su respuesta.
Mucha gente guarda (mental o físicamente) una lista con las cosas que quiere hacer antes de morir. En mi lista, una de esas cosas es irme a meditar a un templo en alguna montaña en el fin del mundo por uno año o dos. Desde niño me ha fascinado la idea de alejarme y sentarme a recorrer mi propia mente y alimentar mi espíritu como lo harán los pacíficos monjes de esos foráneos parajes que son — ¿en mi mente? — paradisíacos, libres de todas las ataduras y complicaciones del mundo moderno que nos rodea.
Y es en este mundo donde se me hace más evidente la enseñanza de esta historia que no puedo evitar relacionar con la frase que dije al principio. Más de una vez me he encontrado con personas que obstinada e inútilmente encapsulan su vida en círculos viciosos que sólo llevan al fracaso. Como aquella compañera que después de largas horas de problemas, incontables resmas de papel y numerosas guías de ejercicios continúa reprobando por enésima vez el mismo parcial. O peor aún, lo pasa a la 6ta vez, pero cae en el mismo patrón en la siguiente materia.
Como dice la cita "[ella/el] quería el poder, pero no la habilidad para controlarlo", una cosa es preparase para resolver los ejercicios y obtener el poder o las herramientas para resolverlos, pero otra muy diferente es preparase para el examen y tener la habilidad necesaria para concentrarte y evitar bloquearte a la mitad.
¿Cuál es el propósito de darle vueltas por largas horas al facebook de Clarita, de hablar con tu amigo en común con ella y recaudar toda la información que puedes acerca de la chica si al final se te va a trancar la lengua cuando la llames para concretar una cita? ¿Para qué desvelarte por días, haciendo una presentación para adquirir un trabajo, si el día que tienes que entregarla te vas a quedar dormido, te vas a enfermar o por tu cansancio mental terminas diciendo las palabras incorrectas frente a la situación que sí merecía que estuvieras ahí con todo tu ser?
La clave es, ¿De qué manera vas a tomar los conocimientos que aprendes a través del estudio, y los vas a llevar a ese lugar de tu subconsciente responsable de hacer que lo que sabes no sea parte de un estante en tu mente, sino un componente activo de quien eres en realidad?
¿Cómo vas a equilibrar el poder con la habilidad para controlarlo?
En el caso de mi compañera, la habilidad para mantenerse concentrada y segura de los conocimientos que tiene y usarlos creativamente en función de las preguntas que le proponen. Entender el parcial como un todo, qué conocimiento te están evaluando, qué partes del parcial tienen más puntos y cuáles son las preguntas más fáciles. Observar detenidamente qué pregunta no es más que una repetición de un ejercicio que ya hiciste y cuáles otras están encaminadas a que abstraigas tus conocimientos y los combines para crear una estrategia de solución; reflexionar cómo vas a formular la pregunta que podrías hacerle al profesor para extraer algún dato que te ayude a resolver un ejercicio e incluso darte cuenta que, de vez en cuando, deberías darle a tu mente un respiro en mitad del parcial y pensar en cualquier cosa que no tenga que ver con él (yo suelo pensar en lo siguiente que escribiré en el blog.. o en qué le diría a Jessica Alba si entrara por la puerta en ese momento ;P).
En el caso del chico enamorado, cómo vas a lograr que en la interacción pases de ser "el amigo de el amigo de ella" a ser el componente orgánico que hace que la relación que van a tener sea algo normal, tomar todo aquello que la mujer ofrece como un punto de partida hacia buenos sentimientos, hacia un entendimiento de su persona que nos permite abrir la parte de ella que dice “Sí, sedúceme…”, que sea algo que ambos puedan recordar con cariño, no con remordimiento, con la presión de tener que montar un show en el teléfono.
En el caso del trabajo, estudiar detenidamente los requerimientos de quién te emplea, investigar quién te entrevistará y qué cosas están buscando más allá de lo que menciona el perfil, porque como tú van a haber 1214290482112489124,5 personas más (si! "el 0,5 personas más" cuenta! hasta gente picada por la mitad va a haber) con un curriculum parecido al tuyo. Qué cosas tienes tú como individuo que aportar y cómo vas a presentarte ese día para que se den cuenta que tú eres una persona especial que deben mantener con ellos. Todos somos especiales de una manera diferente, esa es la definición de especial. Cómo mostrarás eso el día de la presentación y la habilidad para venderte a tí mismo es lo que te conseguirán ese trabajo.
Es lo que la historia del monje me permite extrapolar. La habilidad para controlar nuestra propia mente y flexibilizar nuestras respuestas. De nada vale tener todas las herramientas (que también son necesarias) si luego falquearás al momento de usarlas. De nada vale que el monje malgastara horas de su tiempo alzando pesas para contrarrestar la fuerza del tigre, si a la hora de encontrárselo, su mente, su subconciente, iba a carecer de la agudeza necesaria para prevenir todas (o por lo menos la mayoría) de las posibles respuestas del felino durante la batalla. Fue esta habilidad para observar a su rival y prepararse orgánicamente lo que le brindó la victoria.
Cosas para pensar. Como bien decía la persona que me contó esta historia, te deseo que con el tiempo puedas caminar como el monje, sabiendo que has ensayado en tu mente lo suficiente, con la sabiduría y el entendimiento que cualquier cosa que puedas encontrar en la selva que nos ha tocado vivir sólo puede hacer que tu fortaleza espiritual se haga cada vez más flexible—ese es el verdadero poder.
Nock!
jueves, 14 de octubre de 2010
Un cuento para antes de dormir...
Les voy a contar una historia, se titula "La chica que era 100% perfecta". Pasó en una extraña primavera en una gran ciudad. Comienza con "Érase una vez..." y termina con "...triste historia, no te parece?" Bien...
Érase una vez, una extraña tarde de primavera, cuando las nubes conseguían el objetivo de encapotar una gran ciudad, tornándola gris. Por una calle, se dirigía un chico que iba a mandar una carta por correo. No pensaba en nada interesante más que en enviar esa carta. En dirección contraria, venía una chica que caminaba hasta la lavandería. Tampoco pensaba en divertirse, ni en ir a un bar, ni nada en especial; sólo iba a lavar su ropa. Se cruzaron sus andares y sus miradas, y apenas la vió, él lo supo - "Woow! esa es mi chica 100% perfecta! ¿Cuál es la probabilidad de que me la encontrara en toda mi vida?" - y mientras ella lo miraba pensaba - "Increíble! Ese es el chico que está hecho 100% perfecto para mi! Esto es increíble!".
Por azar del destino o lo que fuere, se detuvieron y empezaron a hablarse. Él la acompañó a lavar su ropa y ella, tanto como por recompensa como para seguir hablando, lo acompañó a enviar esa carta. Después de un rato, se dieron cuenta que encajaban en todos los niveles. Como si hubiera sido cosa del destino encontrarse caminando por la calle. Perdieron la noción del tiempo y se fueron a un parque cercano, mientras empezaba a correr por entre los árboles un viento frío y nostálgico, de ese que te despierta las ganas de acercarte a otra persona. Y todo lo que tenían en común y todo lo que no tenían en común, se complementaba perfectamente para ambos. Se sentaron en una banca y no podían parar de pensar en lo extraña que era esta situación. Es decir, pensándolo bien, ¿Cuáles son las posibilidades de encontrarte con la persona hecha al 100% para tí?¿Cuáles son las posibilidades de encontrártelo un día, al azar y sin nada especial?¿Cómo puedes encontrártelo de una manera tan atípica? Es demasiado loco para ser verdad.
Con esto en mente, deciden hacer un experimento. Acuerdan que se separarán, no se hablarán, no se buscarán, no anotarán ningún número, dirección, correo, o medio de contacto. Así si algún día vuelven a encontrarse otra vez, por azares del destino, sabrán que realmente están hechos perfectamente el uno para el otro y se casarán al instante.
Se separan y pasa un día, pasan dos días, pasa una semana, pasan meses, corre un año, transcurren cinco años, se cumplen díez años sin volverse a ver y obviamente conocen a mucha gente. Salen con varias personas y encuentran su amor 65% perfecto, encuentran la persona 75% perfecta, incluso consiguen tanto como a la persona que tendrá el 81% de perfección. Pero nunca consiguen el amor que es perfecto para ellos al 100% otra vez. Pero están bien, se casan, tienen hijos, nietos y cada uno hace su vida por caminos diferentes, él con su esposa y ella con su esposo.
Una fría tarde de primavera, mientras el sol muere entre las nubes grises, él va caminando con su bastón y sus 82 años a enviar una carta. Ella, con 77 años, lleva una cesta de ropa entre sus temblorosas manos hasta la lavandería. Se cruzan sus errantes andares y sus languidecientes miradas se encuentran mientras retoman un poco de brillo. Él piensa para sí mismo - "Sé que la reconozco de algún lado pero... no puedo recordar dónde..." - y ella recita una línea interna - "Ese señor me parece tan familiar pero... no se..." - y siguen caminando sin decirse ni una palabra.
La verdad sea dicha, ellos estaban hechos el uno para el otro. Realmente eran la persona hecha con el 100% de perfección para ambos. Y el destino... ¿cuál es la probabilidad de que el destino los reúna aunque sea una vez? La posibilidad era de una en un millón, de una en un trillón, la posibilidad es casi una imposibilidad, porque sólo es una.
Quisieron probar al destino, se separaron y descubrieron que... sólo tienes una oportunidad...
...triste historia, no te parece?
Nock!
________________________________________________
Gracias Neil! Gracias a tí y a quién sea que haya inventado esta historia...